HISTORIA DE COCA COLA


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La auténtica Coca-Cola es la que el farmacéutico John Styth Pemberton preparó en el patio trasero de su casa antes de la paranoia de las drogas.
En 1885 registró su medicina casera, que en aquel entonces contenía cocaína extraída de la planta de la coca, bajo la marca «Frenen Wine Coca —Ideal Nerve and Tonic Stimulant» (Coca de Vino Francés —Estimulante Tónico y Nervioso Ideal). Se dice que su ayudante era capaz de determinar la composición exacta de una remesa de jarabe sólo oliéndola. Al año siguiente eliminó el vino, añadió cafeína y extracto de nuez de cola para darle sabor e inventó el nombre de Coca-Cola.

El jarabe se vendía en botellas de cerveza usadas y se recomendaba contra dolores de cabeza y resacas. Sólo el primer año, se vendieron 25 galones de jarabe comparado con los 100 millones de botellas diarias en todo el mundo en los años setenta.
Pemberton le vendió el negocio a Asa Candler que lo convirtió en una sociedad. Aunque la Coca-Cola sea tan simbólica de los Estados Unidos como la bandera americana, actualmente se embotella en 128 países incluido Bulgaria donde en 1966 se concedió la primera franquicia comunista.
La casa Coca-Cola es muy consciente de su imagen y si usted imprime el nombre del producto con una c minúscula prepárese a recibir una amabilísima carta de amonestación desde Atlanta, sede de la casa. Hay gente a la que la cortesía oficial de la casa Coca-Cola en otro tipo de situaciones le parece muy sospechosa. En varías ocasiones durante disturbios raciales en el sur la casa ha sufrido boicots. Incluso en los estados del norte se han producido boicots para protestar contra la discriminación racial en las plantas embotelladoras.

Las plantas de fabricación y embotellado actuales son muy diferentes de aquel patio en el que Pemberton removía su poción con un palo. Los controles de calidad son más estrictos y sólo 2 o 3 personas conocen el ingrediente secreto 7X, incluso los ingredientes no secretos son muy difíciles de determinar. La Coca-Cola sigue siendo una mezcla de tres partes de coca (sin la droga) y una parte de cola.
La nuez de cola contiene cafeína aunque la mayor parte se elimina durante el proceso y probablemente ha de añadirse más. La casa Coca-Cola no tiene la obligación de hacer constar la cafeína en la lista de ingredientes aunque otras bebidas refrescantes estén sujetas a normas más estrictas para sus listas de aditivos.
 Poner «colorantes artificiales» puede ser suficiente aunque no exacto. Hay experimentos que relacionan altas dosis de cafeína con defectos de nacimientos, pero esto mismo vale para el café, aunque la cuestión está en que mientras muchos padres no dejan beber café a sus hijos por otro lado no tienen ningún inconveniente en que ingieran grandes cantidades de bebidas refrescantes.

A menos que su preocupación esté en otro ingrediente, el azúcar, que es el componente número uno de estas bebidas. Más que algún rastro de cocaína, es el azúcar el que tiende a hacer de la Coca-Cola una bebida que crea adictos. Ocho onzas (un sorbo para la mayoría de bebedores de Coca-Cola) contienen unas cinco cucharadas de azúcar. Entonces el páncreas envía tanta insulina a la sangre para hacer frente a este asalto que, irónicamente, el resultado es un drástico bajón del nivel de azúcar en la sangre, seguido de necesidades fuertes de más azúcar.

El ácido fosfórico que contiene la Coca-Cola puede alterar el equilibrio calcio-fósforo del cuerpo y además puede impedir la absor ción normal de hierro, a partir de que estropea el estómago. El sabor del ácido queda enmascarado por el alto contenido en azúcar, y la combinación de azúcar y ácido no es buena para los dientes. Datln que las bebidas refrescantes no son nutritivas y pueden interferir en el apetito, la deficiencia de proteínas no es nada rara entre los bebedores crónicos de Coca-Cola que pueden llegar a sufrir el mismo tipo de trastornos hepáticos que los alcohólicos crónicos.

En otras partes del mundo, la Coca-Cola goza de una gran variedad de reputaciones. En lugares tan increíbles como Guatemala y África Occidental, las bebidas refrescantes se han convertido en el elemento fundamental de la dieta. En Francia en 1950 hubo un intento de prohibir todas las colas pero esta ley fue posteriormente derogada debido a fuertes presiones. En Dinamarca la Coca-Cola está fuertemente gravada. Pero aquí, en los EE.UU., todavía se cree que aparte de que como alimento es un desastre, nuestra Coca-Cola es la auténtica.